El psicólogo estadounidense James W. Pennebaker, ha revisado un exhaustivo estudio acerca de la escritura terapéutica. Según él, este sencillo ejercicio es una llave perfecta para vaciar nuestro mundo interior.
Desde que recuerdo he escrito sin razón alguna, es decir, escribí estando triste, enamorada, feliz y muy encabronada también. Las ideas llegan como rayo y no me queda nada más que tomar papel y pluma y comenzar a escribir, nunca escribí con lápiz, al menos no mis textos personales.
Siempre los considere tan perfectos y especiales que sabía no habría manera en que algo pudiera salir mal, aunque el texto estuviera lleno de tachaduras, garabatos y de más, eran parte de el, parte de mi y eso lo hacía único a cada uno de ellos.
Pero, aunque siempre los he considerado perfectos tenía miedo de escribir aquí, que alguien los viera y no pudiera encontrar eso tan especial que yo veo en cada línea, palabra e idea que surge de mi. Pero esto es lo que me ha ayudado a salir del enorme agujero negro en el cual caigo algunas veces, logro sacar mi lado vulnerable, romántico y creativo y eso me encanta.
En cada texto quiero dejarte un cachito de todo aquello que pasa por mi mente, y tal vez logres identificarte con algo o puedas encontrar tu propio brillo, me gustaría que así como yo, al momento de escribir dejaras de sentirte pequeño ante ciertas situaciones que nos vuelven vulnerables en el día a día.
Escribo para sanar mi corazón roto, mi alma perdida y mi mente atormentada.
-linda
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